Terror a 47 metros: el segundo ataque. Ahí está, ahí está, se la llevó el tiburón

“Terror a 47 metros: El segundo ataque”. Cortesía IMDB 

Cuatro adolescentes estadounidenses en Yucatán, un cenote perdido, equipos de buceo, ¿qué puede salir mal?
De entrada, todo, y es lo que se ve en "Terror a 47 metros: El segundo ataque" (47 meters down: Uncaged”, Johannas Roberts, 2019) slasher movie submarina que estrena este 18 de octubre.
La cinta busca armar una franquicia de “Terror a 47 metros” (“47 meters down”, Roberts, 2017) y narra las peripecias de las hermanas (en realidad hermanastras) Mía (Sophie Nélisse) y Sasha (Corinne Fox), quienes por azares del destino (y trabajo como buzo de su papá, Grant [John Corbett]) llegan a vivir a la costa de Yucatán, en donde han descubierto, al fondo de un cenote, una representación de Xibalba, el inframundo maya.
Como parte de la todopoderosa sociedad estadounidense, Mía y Sasha llegan a una escuela anglosajona de señoritas, donde conocen a Alexa (Brianne Teu) y Nicole (Sistine Stallone), con quiénes acudirán para divertirse al cenote en exploración.
Hasta acá todo bien. Es una cinta para adolescentes con chicas que se divierten de lo lindo, hasta que Alexa las invita a explorar el descubrimiento, con la condición de que sólo bucearían en la primera cueva y se regresarán, sin tocar nada (¿Dónde se ha visto eso?).
Durante la inmersión algo sale mal y se desata el terror personificado en tiburones.
Como antecedente de lo que vivirán las cuatro amigas y que los espectadores atestiguarán, se muestra que en dicha cueva llegó, en algún momento, un tiburón blanco, cuyo diente es obsequiado por Grant a Mia, una joven apocada y aislada desde la muerte de su madre y quien llegó a bucear, hace 10 años junto a su padre (no hay que olvidar este detalle).
Aquí los elementos están servidos para incorporar la slasher movie, además del terror claustrofóbico que significa bucear por un laberinto maya sin orientación alguna.
La acción transcurre con los ataques de, no uno, sino dos tiburones ciegos que dan cuenta de aquellos buzos descuidados por, ser adolescente desobediente o trabajar sin fijarse en lo que sucede alrededor, se convierten en presa fácil.
Al final se habla de un triunfo del amor fraternal al cual se llega después de dolorosas experiencias.
Las actuaciones del elenco son estándar, y si bien se refleja de manera bastante lograda la angustia de ser perseguido por dos tiburones y tener la presión de finalizar la vida ahogado, al final sólo nos queda la sensación de haber visto una película palomera y fácilmente olvidable, con excepción de los nombres de las protagonistas, que fueron gritados una centena de veces durante la historia, todo gracias al avanzado equipo de buceo que incluye radio y máscaras de respiración total.
"Terror a 47 metros: El segundo ataque" se estrena este viernes 18 de octubre en salas de la Ciudad.

Calificación: 2.5/5 jericallas

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