Ely Guerra le pone voz a la música

Texto y fotos: Efrén Hernández

La noche del 14 de noviembre era joven en el marco del Festival WIT Demetria, hora y lugar en el que Ely Guerra apareció y vestida de arlequín para iniciar en una atmósfera azul con un fondo de estrellas; la intérprete vocaliza sonidos desde lo profundo de su voz y de su ser.

Guerra sigue potente, sube, baja, alarga las notas y empieza a embelesarnos con sus registros, su propuesta musical sólo apoyada por sintetizadores, sin instrumentos, sin reglas preestablecidas, eso es "Zion", concepto en el que foto y video no son un distractor sino un envolvente. 

Durante la impresionante ejecución, ella de talla menuda, pero nada frágil durante el desarrollo de su propuesta, la cual complementa con una coreografía que expresa toda su pasión, lo que ama, su música y su gente.

Ely Guerra presentó en Guadalajara “Zion”, su más reciente producción discográfica.


Generosa, bella y polivalente, Guerra logra que su álbum sea recibido sin reservas gracias a su despliegue de creatividad, mismo que a través del arte nos hace sentir vivos.

Durante una hora, la cantante nos tuvo a los espectadores a su merced, nos condujo por la textura de su piel y mostró mas que la geografía de su cuerpo, nos mostró su alma, intensa, valiente y llena de amor por México, por su gente y sus sonidos; también nos transportó a La Alhambra, India, la aurora boreal, al fuego, al aire a los astros, a lo pequeño, lo bello y etéreo.

"Regreso en unos minutos y les va a tocar cantar a ustedes ¡cabrones!", dijo antes de retirarse unos momentos para descansar. A su regreso interactuó y agradeció nuestra a asistencia y en el ir y venir de elogios respondió con una sencillez y autenticidad rara vez vista en el medio.

En ese lapso nos compartió que le llevo seis años poder materializar su propuesta, y que sin el trabajo en equipo "Zion" no hubiese sido posible, nos invitó a ser fieles y valientes en la música, en el arte y en la vida.

También habló del valor de su familia, misma que, encabezada por Don Alberto Guerra estuvo presente en el concierto.

Inteligente y sin mascaras, Guerra se describió como una mujer de 50 años, soltera y sin hijos, "no crean la soledad está cabrona", reviró, pero sólo así pudo crear esta obra, sin remordimientos, y además se visualiza seguir cantando hasta después de los 90 años, para, cómo dijo entre risas, dejar a Chavela Vargas atrás.

Gracias, Ely por mostrarnos la ruta de los pioneros, los honestos, los que se mantienen fieles, soñadores, que la fidelidad a uno mismo nunca será fácil, que el camino de los auténticos e íntegros puede no ser el más cómodo o rentable, pero que en en casos como el tuyo será la única alternativa.




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